HISTORIA DE LA ESCUELA

La Escuela Normal Superior “LA HACIENDA”, antes Escuela Normal Nacional para Varones del litoral Atlántico, inicio labores en 1914 en un local que se levantaba donde hoy está construida la sede del almacén Ley del centro de la ciudad de Barranquilla, más exactamente en la carrera 41 entre las calles 35 y 36.

Desde el primero de Mayo de 1919 hasta 1932 funciono en unas instalaciones ubicadas en lo que actualmente corresponde a predios del Colegio Barranquilla para Señoritas; hasta esta fecha se conoció como la Normal Vieja. En este su primer periodo histórico se destacaron rectores muy influyentes en la proyección institucional, entre los cuales recordamos a los docentes Javier Sánchez, Sigilfredo Rincón, Luis Caparroso y Santander Bolívar. Por la reforma educativa de 1932, se determinó el funcionamiento de cuatro Normales en el país: La de Bogotá, la de Tunja, la de Popayán y la Normal del Litoral Atlántico, con sede en Barranquilla.

En Agosto de 1935 inicio su vida como tal, la Normal del Litoral Atlántico encomendada administrativamente al educador Julio Siever, de ascendencia alemana. Funciono en la calle 68 entre carreras 50 y 51, donde actualmente funciona el Colegio Barranquilla para Varones. Los estudiantes eran internos y becados por el Ministerio de Educación Nacional. El plan de estudios normalistas comprendía cuatro años de primaria un año de preparatorio (hoy Quinto grado), cinco años de estudios secundarios que al concluirlos satisfactoriamente el estudiante recibía el título de INSTRUCTOR.

El 6 de mayo de 1940, la Normal fue trasladada a las actuales instalaciones, que fueron construidas para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1936, sobre un extenso lote donde por Don Napoleón Salcedo y Don Rafael Heilbron, con destino exclusivo para la Escuela Normal.
El Día clásico de la Institución, es el 6 de Mayo de cada año, como homenaje al Hombre de las Leyes, Francisco de Prada Santander de Omaña, en conmemoración de su muerte, y por haber sido el gobernante que primero legislo en Colombia sobre la fundación de las Escuelas Normal fue escrito por el insigne educador normalista Juan Ventura Casalins, y la música fue compuesta por el profesor Aurelio Vásquez Pedrero.

Fueron rectores, que continuaron forjando la calidad docente administrativa. Juan V. Tache, Francisco Fonseca Salgar, Eduardo Aguirre, Luis Sarmiento, Ramiro Álvarez, Manuel Meza, Jorge Báez Cortes y Jacinto Coba Vargas.

A partir de 1957 a 1979 inclusive, la Escuela Normal fue encargada, mediante contrato, por el Ministerio de Educación a la Comunidad de los Hermanos Cristianos de La Salle, reconocida universalmente por su especialidad en la formación de educadores. Dispuso la comunidad inicialmente, de equipo de religiosos de origen español encabezado por el Hno. José Feliciano y el Hno. Galo Ladislao, quienes dirigieron con un nuevo estilo-lo disciplinario y de exigencias académicas la formación de una nueva generación de Maestros. En esta etapa de dirección religiosa, sucedieron rectores como Hno. José Feliciano, Alberto Rivera, Octavio Sánchez, Ignacio Henao, Jairo López Correa, Emilio Gómez, Bernardo Cardona y Mario Rodas Duque.


La presencia durante 23 años de la comunidad Lasallista al frente de los destinos de la Escuela Normal, marco un hilo de trascendencia para la institución porque con tino y desprendimiento, supo dar renovados aires pedagógicos a la generación de estudiantes de la provincia en general quienes tuvieron la oportunidad de pasar por sus aulas. Se actualizo el Estudiante-Maestro, dentro de concepciones exigentes para la formación docente con relación a la disciplina formativa, a la consagración académica, espíritu de colaboración y capacidad de liderazgo social. Ellos introdujeron a partir de 1972 la coeducación y abrieron la modalidad del bachillerato clásico o académico para no desprenderse de loes estudiantes que no aspiraban al ejercicio docente con ellos también se estructuro la moderna concepción del nivel preescolar. Aquí cabe recordar a su principal gestor el Hno. Héctor Alberto Rivera y a su impulsor el Hno. Octavio Sánchez, quienes con el esfuerzo de un grupo de maestras y el apoyo de padres de familia, incorporaron a la institución ese laboratorio pedagógico desde donde debía comenzar la formación del docente; aquí se inició la novedad del Grado Cero, mucho antes de salir las exigencias oficiales actuales al respecto Vencido el Ciclo histórico administrativo por parte de la Comunidad Lasallista inicia la Escuela Normal una nueva etapa a partir de 1980, nuevamente bajo la responsabilidad directa del Ministerio de Educación, quien nombro oficialmente como Rector al Lic. Gustavo Froa Castillo (q.e.p.d) y Coordinadores de Disciplina al Lic. Francisco Vargas Hernández y Académico al Lic. Ariel Arteta Charris; Director de la Primaria al Lic. Néstor Arteta Macías; Después de haberse realizado por la nueva administración las mejoras más urgentes que los distintos frentes exigían, dada la crisis económica que agobiaba a la institución, al finalizar la década de los ochenta la Normal no se escapaba del malestar sociopolítico que asfixiaba a la educación pública local y nacional, hasta el punto que hubo necesidad de una rotación de rectores y fue así como llegaron en su orden a ocupar el primer cargo administrativo de nuestra Escuela, los Lic. Manuel Narváez, Atenogenes Blanco, Sixta Vizcaíno y Luis G. Rivera López, todos ellos dentro de la década de los noventa. En 1995 recibió por encargo la Rectoría, el profesor Luis G. Rivera, consciente de las necesidades más urgentes de la institución y de las posibilidades de recuperación general, dentro de los criterios de descentralización educativa señalados por la ley. En la actualidad de lograr algunas locativas y renovación del material de apoyo educativo, según disponibilidades presupuestales, está empeñado en lograr la recuperación de todos los frentes administrativos y docentes, y sacar adelante los ordenamientos de la ley 115 de 1994 y las demandas innovadoras de la REESTRUCTURACION EDUCATIVA DE LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR. 



'Quinceañero' del Rumbón Normalista
Diez Congos de Oro y el título de Grupo Folclórico en Categoría Excelente son motivo de orgullo para todos los miembros de la comparsa de fantasía Rumbón Normalista. Los integrantes, que son más de un centenar, celebraron el viernes sus 15 años con actividades en las que también participaron padres de familia y la comunidad educativa de la Escuela Normal. "Estos 15 años representan para todo el Rumbón Normalista una experiencia fabulosa. Al interior de la Escuela Normal La Hacienda ha fortalecido a nuestros estudiantes y egresados como buenas personas y ciudadanos a través de la música y la danza", dijo Xenia Fernández, directora del grupo. El 'quinceañero' del Rumbón se celebró con una eucaristía en acción de gracias y la presentación de una muestra fotográfica de Constantino Castiblanco. "El Rumbón es una escuela rodante, un proyecto donde niños desde los 5 años empiezan a querer el Carnaval de Barranquilla", dijo Xenia. Durante los meses en que no tienen actividad carnestoléndica los estudiantes participan del Grupo Folclórico Destellos donde cantan, bailan y se gozan el arte. El Rumbón es una excelente opción de entretenimiento para los estudiantes y egresados de la institución, es una forma de que se conecten con la danza y el espíritu carnestoléndico que caracteriza la región. Año tras año se sigue enriqueciendo con el Carnaval hasta formar parte activa de esta tradición barranquillera. Con rifas, ventas y demás actividades para recolectar fondos, los miembros del Rumbón logran patrocinarse, ya que durante las fiestas deben reunir aproximadamente 20 millones de pesos en los días de presentación para el dinero de la planta y la música. En definitiva es un logro llegar a esta fecha y a pesar de las adversidades habrá Rumbón para rato.









BLOQUES:

Preescolar, transición y jardín:



Hay salones en forma de kiosco. Son muy creativos y con aire acondicionado. La zona está decorada por árboles y una fuente en forma de cascada.

Edificio Benjamín Barro Páez

Es el edificio que en una época de llamó Edificio de idiomas por que los estudiantes rotaban por todo la escuela buscando su clase, según el horario establecido.
Lleva el nombre de Benjamín Barro Páez quien fue director de la escuela anexa, uno de los profesores más dinámicos y queridos de la escuela, programador y realizador de muchas actividades de tipo cultural. Siempre se le vio realizando eventos de este tipo: poetas, reinas de belleza, escritores y hombres de ciencias. Un profesor de gran sensibilidad social, un infarto trunco su brillante y benemérita vida profesional.

Edificio Hermanos Mauricio


Es el edificio donde hoy funcionan de administración de la básica primaria, las salas de lectura y aulas de 3 y 4. Porque de ese nombre? En memoria de quien en la primera época de los hermanos lasallista (1957) ocupara el cargo de director.

La Portería

Hoy edificio de la rectoría, secretaria, pagaduría, librería y sistemas. En esta portería merece evocación: Abel porras, muy sereno y estricto. Iniciaba su labor desde la semana 3 de la mañana, hora que recibía panes y leche como desayuno de los internos; más tarde ocupo el cargo de benévolo y tranquilo Juan Rodríguez. Ese edifico lleva el nombre de quien el primer rector licenciado Juan B. Tache.

Edificio Antonio Nariño y Fráncico de Paula Santander:

En memoria de dos próceres de la independencia, que tuvieron como lema de su lucha por la libertad, el fomento de la educación popular, como en el Edificio Antonio Nariño funciono por primera vez la dirección de la escuela anexa, y en el general Santander funciono el comedor de los alumnos de primaria.

Edificio Ciclo Complementario (la loma):

Sirvió en el pasado como residencia del rector y de algunos profesores oriundos de otras regiones de Colombia. En estos predios y al redor de la bandera Colombiana se rendía todos los lunes a las siete de la mañana honores a la patria.

La Piscina

En la década de los 50, bajo la administración del licenciado Jorge Baes Cortes, se construyó la piscina con motivo de los juegos centroamericanos y del Caribe.
Tuvo una época de inoperancia y abandono, pero hoy, bajo la administración del licenciado Germán rivera, ha vuelto por sus esfuerzos presenta un gran servicio para los estudiantes y la comunidad en general.

Edificio Jaime Niño Diez  (teatro y salones de ciclo)



En la primera época de la escuela funciono el comedor para 200 y mas internos,  que becados, provenía de todo el litoral atlántico y eran residentes en la escuela, hoy funciona como teatro y escenario cultural; presta su servicio a todo la comunidad estudiantil y de la cuidad. Gracias a Jaime Niño Diez   recibe el nombre gracias a su donación para el mejoramiento del mismo.

Edificio de coordinación:



El edificio donde hoy funcionan las coordinaciones, la biblioteca y en algunas aulas se reciben las clases los niños del programa de talento; en esa época sirvió, en dos plantas como sede de los dormitorios de los internos, que provenían de todo el departamento y del litoral atlántico. También funciono como la administración.

Edificio Hermano Mauricio:

Edificio que hoy ocupan los salones de primaria, y antes se distribuyó así: en las primeras 3 salas de la primera planta funciono la rectoría, la pagaduría y la secretaria. El segundo piso sirvió como capilla primera de la comunicación y residencia de los hermanos.

Edificio Napoleón Salcedo:


Este edificio tuvo un carácter multi-funcional; estaba bien dotado con silletería cómoda y completa. Tenía salones para clases y salón de billares; un salón cultural con mesa de pin pon, la sala de artes manuales donde el benemérito Manuel Domingo Montaño, enseño a muchas generaciones de normalistas a encuadernar, forrar y empastar libros. Hoy funcionan los séptimos grados y su nombre se le debe al patrimonio barranquillero Napoleón Salcedo. Quien de forma anegada y generosa cedió los terrenos con destinación exclusiva para la normal.

Capilla Hermano Galo Ladislao:



Nuestra capilla lleva nombre de quien fue gestor y realizador de este proyecto. Pronunciar el hombre de hermano Galo es recordar y asociar salir, en teresa sencillez y firmeza, esta capilla fue refaccionada en 1994, bajo la administración de Germán Rivera.

 Edificio Rodolfo Altamar Mariano y Edificio Luis Almansa:



Hoy funcionan en el Edificio Rodolfo Altamar Mariano los octavos grados.
En el edificio Luis Almansa hoy funcionan los grados 10. Dos figuras jóvenes y promisorias de dedicación ejemplar a su escuela; vivieron relativamente poco tiempo en la docencia de la escuela,  pero su huella es imperecedera; porque un absurdo y trágico accidente le segó la vida.

Edificio innovación de talento



Cuya edificación cuenta con 12 salones y un laboratorio. Es uno de los bloques mas nuevo en la institución se inauguro en los actos de celebración por los 100 años de la Normal La Hacienda, su rector Germán Rivera recibió la medalla Barranquilla, en reconocimiento a la formación de docentes y bachilleres.




La Escuela Normal Superior La Hacienda, en procura de la Calidad Humana y la Excelencia Educativa, que la mantienen viva y dinámica, buscará ser una Escuela Normal caracterizada por la sensibilidad humana y por la apertura hacia una pedagogía de capacidades, actitudes, intereses y pensamiento; una pedagogía que la proyecte con seguridad y firmeza hacia la diversidad y la pluralidad que sustentan la existencia humana en sociedad.

Mandamientos 

  • Potenciar las aptitudes de nuestros estudiantes.
  • Optar siempre por la calidad humana y la excelencia educativa.
  • Valorar el aporte individual al crecimiento colectivo.
  • Brindar oportunidades creando espacios pedagógicos.
  • Conceder primacía al desarrollo humano.
  • Lograr la autorresponsabilidad, la autodisciplina y la autoformación.
  • Mantener una buena imagen por la eficiencia.
  • Sentir la satisfacción y la alegría que produce el bien servir.
  • Defender nuestra institución en todo momento y lugar.




La Escuela Normal Superior La Hacienda busca ser líder en la formación de formadores, mediante una filosofía de esperanza en las posibilidades de todo aquel que se forme en nuestra Institución; siendo facilitadores y potencializadores de procesos que, descubiertos desde el interior del sujeto, se orienten hacia la transformación de la comunidad educativa y del entorno regional y nacional; siendo testigo de que nuestra Normal Superior La Hacienda Calidad Humana y la Excelencia Educativa y de lo que implican la responsabilidad, la autodisciplina y la autoformación en el desarrollo de las capacidades, los intereses y los sueño.

En la reconceptualización de los valores sociales y educativos veamos algo inherente a todo proceso programático, pues sin ello quedaríamos manejando conocimientos fríos y mecánicos, sin dimensión humana.

Como seres sociales mantendremos la fidelidad a la importancia de la persona y a su individualidad, pero siempre en relación con el servicio y el respeto a la colectividad.
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